martes, 18 de noviembre de 2025

Tutorial para aficionados, ¿Por qué nunca se toca la música en Las Ventas de Madrid?

Tutorial para aficionados hablará en el número 104 de una pregunta que muchos aficionados no conocen y esta es. ¿Por qué nunca se toca la música en Las Ventas de Madrid? No se toca música en Las Ventas porque en 1939 se prohibió tras una pelea entre aficionados que obligó a la banda a dejar de tocar, y la prohibición se mantuvo para evitar la alteración del orden público. La música solo se ha tocado en raras ocasiones desde entonces, siendo la excepción más notable en 1966 en la tarde de la primera despedida de los ruedos de Antonio Bienvenida. Durante una corrida en mayo de 1939, un enfrentamiento entre aficionados de dos toreros provocó una trifulca que llevó al director de la banda a dejar de tocar para calmar los ánimos. Durante una corrida en mayo de 1939, un enfrentamiento entre aficionados de dos toreros provocó una trifulca que llevó al director de la banda a dejar de tocar para calmar los ánimos. A raíz de este incidente, se decidió no volver a tocar música durante las faenas. El incidente fue así: la corrida de toros celebrada en la monumental capitalina el 24 de mayo de 1939 en el que fue el primer acontecimiento taurino que acogía el coso madrileño tras la Guerra Civil y a la que el bando ganador denominó como la “Corrida de la Victoria”. En ella, se acartelaron el rejoneador Antonio Cañero y los matadores de toros Marcial Lalanda, Vicente Pastor, Pepe Amorós, Domingo Ortega, Pepe Bienvenida y “El Estudiante” quienes se las verían ante astados de Clairac, Carmen de Federico, Concha y Sierra, Pablo Romero, Antonio Pérez, Sánchez y Fabrés y Marqués de Villamarta. Según cuenta esta versión, la música tocó durante la faena que Marcial Lalanda realizó al astado de Carmen de Federico. El pasodoble interpretado sería el compuesto en honor al diestro madrileño. Sin embargo, no lo haría durante el trasteo que llevó a cabo Domingo Ortega ante el burel de Antonio Pérez y que sería premiado con los máximos trofeos. Esta situación desembocaría en una gran bronca de los partidarios del diestro de Borox ante la negativa de la banda para iniciar el pasodoble. Hay quien apunta que esta situación se debió a la rivalidad existente entre Lalanda y Ortega y sus seguidores. Al parecer, el director de la banda se encontraría entre los partidarios del primero y por eso no tocó durante la faena del segundo. Mientras, hay otros que apuntan que esta situación se debió a la “factura” que le pasaron al diestro de Borox por sus supuestas simpatías republicanas. Esta situación sería la que motivaría que, para evitar malentendidos y enfrentamientos gratuitos, se decidiese no volver a tocar la música durante las faenas de muleta de los diestros. Incluso hay quien apunta que en el resto de festejo que quedaba por celebrar tras la intervención de Ortega no volvió a tocar la música. Pero, ¿qué hay de cierto en esto? Pues las reseñas del festejo publicadas al día siguiente en El Heraldo de Zamora y en El Imperio. Diario de Falange Española Tradicionalista y de las Jons nos dicen lo contrario. La primera de las citadas publicaciones reseñaría la intervención de Ortega de la siguiente manera: “Sale el quinto de Clairac -esta publicación, dice que todos los astados pertenecieron a la mentada ganadería- y Domingo Ortega logra seis magníficas verónicas, que son coreadas por toda la plaza. Suena la música y el ‘paleto’ de Borox, con la muleta inicia la faena, agarra una media estocada y descabella al primer intento (ovación, oreja y rabo). Y la segunda de ellas lo haría así: “Quinto. Ortega hace seis verónicas artísticas entre grandes ovaciones. Suena la música, muletea y coloca media estocada. Un descabello, ovación, oreja y rabo”. Lo que sí es chocante en ambas reseñas es que en ellas, única y exclusivamente, se hace referencia a la intervención de la música al comentar la actuación del diestro de Borox. Y también contradiría aquella versión la crónica firmada por “Giraldillo” que fue publicada en el diario ABC también al día siguiente del festejo cuando, al relatar la actuación de Ortega, decía: “El público, que había jaleado en tanto la música, repetía una y otra vez el nombre del torero en las notas del conocido pasodoble…”. Así, podríamos entender que el público jaleó la faena mientras la música interpretaba los sones del pasodoble en honor al diestro de Borox. Por cierto, que esta crónica de “Giraldillo” también destaca que la música sonó durante la posterior actuación de Pepe Bienvenida ante el toro de Sánchez Fabrés y que, al igual que la de Ortega, también sería premiada con los máximos trofeos. Máximos trofeos que, por cierto, también serían recibidos por Vicente Barrera tras lidiar al ejemplar de Concha y Sierra. Con estos argumentos, no podríamos afirmar que la comentada versión sea la causante de esta tradición. Y más cuando leemos el trabajo “Los toros en la música” firmado por Manuel Delgado-Iribarren Negrao que aparece en la enciclopedia Los Toros, más conocida como “El Cossío”, cuando al hablar sobre la intervención de la música en las faenas de los diestros dice: “Sin embargo, en la Plaza Monumental de Madrid ha sido totalmente erradicada, desde hace bastantes años, no se sabe muy bien por qué. Tal vez por un mal entendido sentido de la seriedad de la lidia…”. Lo que sí parece más o menos claro es que ese 24 de mayo de 1939 fue la última vez que la banda de música venteña intervino durante la lidia de un toro. Esta tradición se rompería el 16 de octubre de 1966, día en el que el diestro Antonio Bienvenida se despedía de los ruedos ante la afición madrileña cerrándose con seis toros de distintas ganaderías. Según se relata en el número 1165 de la revista El Ruedo de fecha de 18 de octubre de 1966, todo ocurrió durante el tercio de banderillas del quinto toro de la tarde. Tras colocar dos pares de banderillas, Bienvenida brindó el último par a la banda de música que, sin pensar, correspondió al brindis interpretando el pasodoble “El gato montés”. Según se relata en esta misma publicación, el público también solicitó que sonase la música durante la faena de muleta, sin embargo, fue el mismo Antonio Bienvenida quien, ante la misma cara del toro, hizo señales para que no se atendiese la mentada petición.  

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